Desde los modelos más clásicos a los más naif, pasando por los teléfonos-hamburguesa-labios-zapatos, la oferta actual del mercado del teléfono es suficientemente grande como para despedirse para siempre del aburrido inalámbrico y del modelo Forma, aséptico como las salas de hospitales.
Los teléfonos de mesa son unos de los aparatos electrónicos que más juego han dado y siguen dando en el diseño doméstico. Desde el entrañable hamburguesáfono al clásico modelo góndola, los teléfonos impregnan el hogar y las oficinas de un estilo muy personal.
Después de un periodo muy aburrido en el que todos los teléfonos eran inalámbricos (o, peor aún, el modelo Forma campaba por doquier), hoy por fin los fabricantes se han decidido a renovarlos mediante una dulce y divertida mirada al pasado con una variedad muy original en materiales (madera, neón, etcétera) y colores (desde el print animal al fucsia más ochentero).
Así, el modelo de dial giratorio ha vuelto, quién sabe si para quedarse, al igual que otro súper tradicional, el Eureka, formado por un auricular vertical con los números en la base. Tan equilibrado como espectacular es el modelo W48, glamouroso donde los haya, puro estilo.
Las réplicas también están pisando fuerte y muestra de ello es el éxito del teléfono que imita a los que había dentro de las cabinas de antaño. Pero el colmo de las imitaciones son los teléfonos con formas tan variopintas como zapatos o labios, pura coquetería, pasando por la ya mencionada hamburguesa feliz.
Por Cárdigan
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