Mi Vespa y yo, más retro que nunca

Vespa no es una marca, es una religión, un sentido de pertenencia a una comunidad que comparte el gusto por la libertad, el placer por la vida y una cierta distinción.
En 1946 las primeras 15 motos Vespa se presentaron al público en el Club de Roma y desde entonces no ha parado de cautivar corazones de  clanes familiares enteros que no podían, y siguen sin poder,  vivir sin su avispa.

Piaggio quería crear un medio de transporte cómodo, fácil de manejar y económico. Estas precisamente fueron la claves para que triunfaran desde el primer momento y se hiciera célebre la exclamación "Bello, sembra una vespa".

En España, la Vespa y su práctico sidecar se convirtieron en el vehículo número uno en los cincuenta. Era un vehículo para “toda la familia” y su precio era mucho más económico que el de un coche. El consumo de Vespas fue tan grande que la empresa decidió instalar una fábrica en el país.

Además, gracias (o por culpa) de sus fantásticas características, ninguna moto de fabricación española podía competir con ella, con lo que mantuvo su monopolio durante unos siete años.

Hasta los noventa la empresa fue en auge, pero su máximo momento de esplendor fue cuando el gobierno decidió usarla para los servicios de correos y mensajería del estado, inundando España con una oleada de Vespas amarillas con maletero.

Vespa sigue vendiendo a raudales gracias a su valor retro que la marca ha explotado hasta la saciedad y su evolución es seguida muy cerca por coleccionistas y amantes del arte. Una filosofía de la vida que se ha reinventado con el tiempo y que continua siendo el espíritu del movimiento Mod.

La Vespa actual conserva la idea retro del modelo original, aunque el diseño se ha adaptado a los tiempos y se le han añadido las últimas novedades técnicas para hacerla más segura. Los asientos llevan una cobertura de piel fina, una chapa en colores discretos y metalizados y cuenta con unos acabados muy cuidados. Además, todos los modelos llevan un asiento biplaza, con una barra metálica que los rodea y permite llevar a un pasajero cómodamente, incluso en los modelos de 50CC.

Después adquirir la moto llega la parte divertida: la customización, que convertirá nuestra Vespa en una auténtica RetroVespa: portaequipajes, protecciones, parabrisas, puños, embellecedores, pegatinas, retrovisores, cascos jet, pegatinas… la casa pone a disposición del motorista todos los gadgets y accesorios que hagan falta para hacer sentir al motorista que su dos ruedas es única y especial y  quiera formar parte orgullosamente de la gran comunidad familiar que es la marca Vespa.

Y nos podemos olvidar la customización del tripulante. Aprovechando el actual tirón vintage de los 60  se ha reeditado ropa Vespa que recrea la filosofía Mod en sus accesorios y textiles. Para ellos pantalones Levi´s con dobleces, camisetas de Fred Perry o de la marca registrada de Piaggio “Vespa” (para no ser asociados con el movimiento Skinheads) y parkas llenas de parches con la diana de colores. Para ellas pelo a lo garçon, polos de colores y zapato plano de punta redondeada.

Si estás pensando en adquirir una Vespa, las nueva cuestan bastante dinero, aunque las de segunda mano son mucho más económicas y se mantienen bastante bien, puesto que están fabricadas con piezas de calidad que aguantan bien el paso del tiempo.

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